El medio de comunicación como empresa responsable

jueves, 11 de noviembre de 2010

Preguntó un alumno al final del seminario de “Administración de empresas periodísticas”: realizado en la UNSA el 22 de octubre de este año: Las empresas tienen como fin lucrar y generar ingresos para ser rentables; por otro lado el periodismo busca servir a la población informando, orientando y entreteniendo. ¿No es contradictorio que una empresa dirigida a estos fines esté motivada por el afán de hacer dinero?

Vale la pena reflexionar acerca de este punto: ¿los medios de comunicación deben verse como simples empresas comerciales que buscan la mayor cantidad de dinero vendiéndole al público información a como dé lugar? O por otro lado ¿deben ser una organización sacrificada que por el fin máximo de mantener informada adecuadamente a la población estén sin recursos y funcionen casi casi como beneficiencia pública?

Ninguna de las dos: la empresa periodística, como cualquier otra, debe tener como objetivo ser rentable y económicamente viable ya que tiene trabajadores que dependen de sus sueldos para mantener a su familia; y requiere de implementos técnicos (computadoras, cámaras, grabadoras, teléfonos) para manejar y producir información de calidad. Pero además debe ser socialmente responsable, ya que este medio de comunicación está dirigiéndose a una comunidad, a una población que espera un comportamiento ético y profesional en el quehacer de la empresa, en este caso a una empresa dedicada a la manejo de información.

Según la comunicadora española Adriana Patricia Guzmán de Reyes, las empresas de radio, televisión, prensa, nuevos medios o agentes de comunicación deben entenderse a partir de tres dimensiones básicas:

- Económica, en tanto buscan la rentabilidad del patrimonio por medio de la producción de bienes y servicios con miras a obtener utilidades.
- Competitiva, dado que se mueven en diversos mercados con todos sus agentes y tratan de sobresalir entre ellos.
- Social, política y cultural, en cuanto cada una integra su acción empresarial y repercute en espacios diversos.

Y es que el público espera de los medios de comunicación no sólo su proyección como empresa en lo técnico (producciones en alta definición, papel a todo color, fotografías impresionantes, calidad de sonido de primera) sino también en lo su rol ético como formadora de la opinión pública. Información interesante pero también verdadera, basada en la investigación y no sólo en la especulación, que oriente y guíe, más no ordene. Verdad, eso es lo que se espera de un medio. No una verdad absoluta como la que brinda un dogma religioso o una corriente filosófica, sino una verdad útil, que le permita a la población tomar sus decisiones de manera independiente y responsable. Una más completa que haga posible el desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad, necesitamos – nos dice el periodista Bill Kovach*- “...una forma práctica o funcional de verdad. No la verdad en un sentido absoluto o filosófico. No la verdad de una ecuación química...buscar la verdad en un sentido que nos permita gestionar nuestra vida cotidiana”. En otras palabras, una base que le brinde al individuo herramientas para reflexionar e interpretar su entorno de manera adecuada.

Una empresa periodística que satisfaga responsablemente esa necesidad de verdad en su público se verá recompensada también económicamente. Con más recursos, el medio de comunicación podrá realizar su trabajo de mejor manera: invirtiendo en la capacitación de su personal, mejorando sus transmisiones y ediciones para llevar el mensaje efectivamente. “El peor pecado que puede tener el periodismo es cuando se vuelve solemne, aburrido, nada interesante”, dijo el periodista Augusto Álvarez Rodrich. A final de cuentas, en esta profesión de servicio, como en todas, hay que mantener al cliente (lector, oyente o televidente) contento.

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*KOVACH, Bill. Los Elementos del Periodismo. Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. Buenos Aires. Argentina. 2004