Iohato no tono – Viernes 13 de mayo

jueves, 28 de abril de 2011

- Aviso otaku de servicio público:


Los eventos anime regresan a Arequipa. Este viernes 13 de mayo el Grupo Amaterasu organizará el “Iohato no tono”, una actividad enfocada para todos los amantes de la cultura asiática en nuestra ciudad.

Se realizará en la Calle César Vallejo 1era cuadra, a espaldas del Colegio de Ingenieros de Arequipa (Av. Independencia 150) desde las 16:00 horas.

Entrada: S/. 3.00 (tres nuevos soles).

El evento tendrá las siguientes actividades:
- Concurso Cosplay (vale repetir a tuendo)
- Concurso de Karaoke
- Proyección Anime y K-pop
- Comida japonesa variada y económica ( Bentos, Sushi, Ramen…)

*Puedes adquirir las entradas con anticipación en:
- Tienda El Dragón C.C Panorámico. 4to piso. Of. 401
- Estudio Contable Gutiérrez Asociados. (Calle Alvarez Thomas 508-A Cercado)

Se invita a las demás organizaciones anime y de música asiática (k-pop, j-pop, j-rock, etc.) de Arequipa a participar en el evento con un stand. Para más información contáctenos a: amaterasuaqp@gmail.com

-Mira el spot publicitario aquí:



-Más información y novedades en el evento de Facebook

Conoce la casa en dónde Vargas Llosa pasó su infancia en Bolivia

sábado, 16 de abril de 2011

- En esta vivienda del centro de Cochabamba el premio Nobel de Literatura pasó 9 años de su vida


En el número 168 de la calle Ladislao Cabrera, en pleno centro de Cochabamba (Bolivia), se ubica la casa en la que el escritor y premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa vivió sus primeros años de infancia junto a su familia materna.

En 1937 el abuelo de Mario, Pedro Llosa firmó un contrato para introducir el cultivo de algodón en una hacienda ubicada en la zona oriental de Bolivia. Debido a esto, los Llosa se mudaron de su natal Arequipa hacia Cochabamba y se instalaron en este solar ubicado a pocas cuadras de la plaza principal.

“La recuerdo como un Edén. Tenía un zagúan de techo alto y combado que devolvía las voces, y un patio con árboles donde, con mis primas Nancy y Gladyz y mis amigos de La Salle, reproducíamos las películas de Tarzán y las seriales que veíamos los domingos, después de la misa del colegio, en las matinales del cine Rex”, cuenta Vargas Llosa en su libro de memorias El pez en el agua.

CAMBIOS EN LA CONSTRUCCIÓN
La casona de un solo piso data de principios del siglo XX, cuenta con paredes de color azul y a la entrada se erige un gran portón de más de 3 metros de alto. Conserva su fachada original, sin embargo, a lo largo de los años la vivienda ha sufrido varias modificaciones.

Por ejemplo, en el patio de entrada ya no se encuentra el árbol de pacay en donde el abuelo Pedro, cuando no estaba trabajando en la hacienda, solía colgar una hamaca y tomar una siesta en las tardes. Actualmente ahí se ha construido una sala de estar.

Según Carmen Marzana, actual propietaria de la vivienda, el árbol era inmenso y sus largas ramas tapaban la luz del sol como en un páramo. Marzana adquirió esta casa hace 38 años junto con su esposo Jorge Tapia y aquí crió a sus cuatro hijos, quiénes al igual que Vargas Llosa, corretearon y jugaron por los amplios patios de la casa.

También el antiguo patio trasero de tierra ha tenido algunos cambios. Recuerda Vargas Llosa que ahí se ubicaban los cuartos de la servidumbre, la lavandería y unos gallineros; pero ahora esa parte de la casa ha sido techada en su totalidad y se han construido algunas habitaciones a su alrededor.

INICIA SU VOCACIÓN
Esta casa tuvo un significado importante para la formación de la vocación literaria del premio Nobel, ya que cobijó sus apasionantes primeras lecturas, luego que a los 5 años, en la clase del hermano Justiniano del colegio La Salle, aprendiera a leer.

Fue aquí en donde el autor de La ciudad y los perros pasó muchas horas ocupado leyendo revistas Billiken, Peneca, historietas y libros de aventuras con personajes fascinantes como el Rey Arturo, Guillermo Tell, Sandokán, el Capitán Nemo y Robin Hood.

A finales de 1945 la familia Llosa retornó a Perú, siguiendo al abuelo Pedro que había sido nombrado prefecto de Piura. Sin embargo, Mario siempre recordaría con nostalgia esos años en la casona de Ladislao Cabrera.

En 1998 cuando el escritor regresó a Cochabamba para presentar uno de sus libros, visitó la casa acompañado por la prensa y reconoció los lugares en dónde habían transcurrido sus juegos de infancia. “Fue muy amable y en ningún momento comentó nada acerca de las modificaciones que había sufrido la vivienda”, recuerda Carmen Marzana.

En esa ocasión el escritor le autografió un ejemplar de la novela Los cuadernos de Don Rigoberto, con una dedicatoria especial que Carmen no duda en mostrar orgullosamente: “A Carmen, viuda de Tapia, con mucha nostalgia de la casa de Ladislao Cabrera, donde fui un niño feliz”.


En este video doña Carmen nos hace un recorrido por la casa de MVLL



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