Historias de arequipeños que reciben la Navidad trabajando*

viernes, 28 de diciembre de 2012

- Cuatros testimonios de personas que se dedican a servir a la ciudadanía mientras el resto celebra las fiestas de fin de año. El cumplimiento del deber para estos profesionales se antepone al estar cerca de sus seres queridos en estas fechas especiales. 

Esta Nochebuena, mientras usted esté esperando las doce de la noche junto a su familia, un contingente de hombres y mujeres estarán en sus puestos de trabajo en hospitales, comisarías y  estaciones de bomberos, resguardando la seguridad y bienestar de los arequipeños. Ellos no descansarán en esta fecha especial para no descuidar los servicios básicos que requiere la ciudad.

En este texto les presentamos las historias de 4 personas que laborarán esta noche del 24 de diciembre, lejos de sus seres queridos. Un reportero radial, un bombero voluntario, un operador de radio de la división de emergencia de la Policía y una enfermera de neonatología hablan sobre el cumplimiento del deber y de su vocación de servir al otro como prioridad.  

Serafín Ticona Ayala – Reportero radial 
La noticia no tiene horario. Eso lo sabe bien el reportero de Radio Melodía, Serafín Ticona Ayala, que desde hace 15 años no celebra junto a sus seres queridos la llegada de la Navidad. “En 1997 dejé de trabajar en el Ministerio de Agricultura y empecé a hacer taxi. Laboraba en la Navidad y Año Nuevo porque en esas fechas se ganaba mucho más dinero por las carreras.  Luego me propusieron hacer reportes de madrugada para la radio de lo que veía en las calles, así que ahora la Nochebuena la paso recorriendo la ciudad”, cuenta este hombre de 52 años y padre de dos hijos. 

Esta noche del 24 de diciembre Serafín informará sobre los accidentes de tránsito que se susciten en Arequipa producto del exceso de alcohol, los incendios por uso indebido de pirotécnicos, los nacimientos en los hospitales y las celebraciones de los vecinos en los barrios. Gracias a su Tico, su principal herramienta de trabajo, este periodista de notas policiales llegará a lugares inaccesibles antes que la mayoría y logrará primicias que luego, quizás, se volverán en las portadas de los tabloides al día siguiente.  

“El año pasado se incendiaron las instalaciones de un canal de televisión, justo unos minutos antes de la medianoche. Me la pasé informando cómo los bomberos controlaban el fuego y ni me di cuenta de que ya había pasado la hora de los abrazos de Navidad”, recuerda. 

A pesar de que tiene una gran pasión por su oficio, la tristeza invade a Serafín por estas fechas ya que estará lejos de sus familiares. “Visito a mis hijos en la tarde del 24 ó al día siguiente. Mi hija Zilda está casada así que ella la pasa con su esposo y mi nieto Alexandro. Mi hijo Gustavo ya es grande, él celebra con sus amigos o vecinos”. Aún así, cuando llega la medianoche, esté donde esté, Serafín agarra su celular y trata de comunicarse con sus hijos como sea. Escuchar su voz  y saber que están seguros y felices, es el mejor regalo de Navidad que puede recibir ese día este reportero. 

Gustavo Carrasco Valdivia – Bombero Voluntario
La Nochebuena es una de las fechas con mayor incidencia de emergencias. Por eso los bomberos voluntarios de la Compañía 78 de José Luis Bustamante y Rivero  siempre están a la espera de algún llamado de auxilio. “Estamos en la guardia hasta las 10.30pm, los que vivimos cerca vamos a nuestras casas a recibir la medianoche con la familia. Pero a los pocos minutos del saludo,  regresamos a la base porque sabemos que en cualquier momento requerirán nuestro apoyo”, dice Gustavo Carrasco Valdivia, miembro desde hace 25 años de esta compañía contra incendios. 

Al acercarse la noche, los llamados a la central de emergencia no dejan de llegar: incendios provocados por luces de navidad que se sobrecalentaron o productos de juegos pirotécnicos explosivos, emergencias médicas por caídas, intoxicaciones, colisiones vehiculares producto del cansancio, el exceso de velocidad o la ingesta de alcohol. “Una vez nos llamaron porque un niño se tragó unas canicas y unas monedas que le habían regalado sus padres. Tuvimos que trasladarlo de urgencia al hospital”, indica Carrasco, quien ese día dejará de lado los festejos junto a su esposa y tres pequeños hijos para atender las necesidades de otros. 

Durante estas fiestas de fin de año, la población asume conductas riesgosas que provocan que las cisternas y unidades de rescate de los hombres de rojo se dirijan de un lado a otro de la ciudad. Por eso, Carrasco cree que el mejor regalo que puede recibir este año es que los arequipeños tomen conciencia de sus actos. “Se les pide no sobrecargar de materiales inflamables los Nacimientos, apagar las luces de Navidad cuando se sale de casa y no tenerlas prendidas por más de 5 horas, no utilizar pirotécnicos detonantes y estar siempre pendiente de los niños”. 

Este 24, cuando Carrasco vaya rumbo a una emergencia, él tendrá a sus seres queridos en el corazón, justo a la altura en donde tiene la radio que le avisará del siguiente llamado de auxilio que atenderá sin recibir un centavo a cambio.  

Fredy Nieto Melgarejo  - Policía de la División de Unidades de Emergencia  
A las doce de la noche, el superior Fredy Nieto Melgarejo  será el encargado de dar el saludo de Feliz Navidad a las unidades de la policía que se encuentren patrullando la ciudad. Él es el operador de la central de radio de la División de Unidades de Emergencia (DIVUUEE), la cual se encarga de prevenir delitos, rescatar y trasladar accidentados,  y desactivar explosivos.

Nieto, con 17 años en la Policía, recibe los llamados de emergencia de la central 105 y monitorea las comunicaciones de los patrulleros para desplazar a los agentes hacia los lugares en donde se esté cometiendo algún delito. “Abundan los casos de violencia familiar porque el marido se pasó de copas. También robos de domicilios ya que se aprovecha que las personas van a visitar a sus familiares y pedidos de evacuación de heridos cuando los carros caen a algún abismo”. 

A veces también se dan llamadas falsas hechas por niños bromistas que quieren tomarle el pelo a la autoridad. Sin embargo, el superior Nieto recuerda que por acudir a estos llamados ficticios se puede estar perdiendo la oportunidad de ayudar a alguien que en verdad lo necesita, quizás el pedido de auxilio de una madre en labor de parto. 

Su turno comenzará a las siete de la mañana del 24 de diciembre y culminará 24 horas después, luego de que sus tres hijos hayan abierto sus regalos y saboreado la rica cena que preparó su esposa. Sin embargo, este agente soportará  la larga jornada de trabajo alimentado por su sentido del deber y hacer cumplir la ley. “Aunque no estoy en la calle, en medio de la acción, mi función es acompañar a los compañeros y estar pendiente de si necesitan refuerzos”. Y claro,  también para ser esa voz que comunique, una vez que llegue la medianoche: “Feliz Navidad a todas las tripulaciones y viajen con Dios patrulleros”. 

Diana Villanueva Montaño – Enfermera 
La noche del 24 todas las enfermeras del departamento de neonatología del Hospital Regional Honorio Delgado estarán pendientes de cual niño será “El Manuelito”, ese que nazca a las doce de la noche.  “Este bebé es muy bien recibido porque nace el mismo día que Jesús y representa la paz y la promesa de un año nuevo venturoso. Es agasajado y muy requerido por los periodistas”, explica Diana Villanueva Montaño, una de las 4 enfermeras que atenderán a los recién nacidos esta Nochebuena. 

Como en cualquier día del año en esta área del hospital estatal más grande de la región, se reciben a madres que están a punto de dar a luz. La mayoría son personas de bajos recursos económicos que no conoce el sexo de sus bebés ni se han hecho los controles prenatales necesarios. “Aquí por eso  les damos el tratamiento adecuado, orientamos a las nuevas madres acerca de los cuidados que deben dar y llevamos a los pequeños a un ambiente temperado y seguro”, dice Villanueva que ya lleva 25 años en el servicio. 

Un aire de tristeza se puede respirar en estos pasillos la víspera de la Navidad debido a que muchos padres, cuyos hijos se encuentran en cuidados intensivos debido a complicaciones en el parto, no pueden abrazarlos ni llevarlos a casa.  Algunos papás vienen el 24 en la tarde con peluches y globos para agasajar a sus pequeños que todavía no pueden dejar el hospital. Las enfermeras también reparten panetón y chocolate caliente a los visitantes para mejorar sus ánimos. 

“Yo también me apeno cuando recuerdo que debo recibir la Navidad trabajando. Aunque, ese día, una vez que llego al hospital me lleno de energías, ya que recibiré a muchos bebés”, confiesa Diana, quien esta Nochebuena de seguro extrañará a  su hija de 20 años, pero en compensación, estará rodeada de recién nacidos, a quienes ella también considera como sus hijos.



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* Una versión de esta crónica se publicó el 22 de diciembre del 2012  en la edición regional de El Comercio.

El latín renace en las voces de los niños del coro de la Catedral*

viernes, 21 de diciembre de 2012

-          - Este 24 de diciembre agrupación de 37 niños acompañará  por primera vez la Misa que se hará en templo mayor con cantos gregorianos. Fueron más de 6 meses de prácticas en los cuáles se les enseñó técnicas vocales y el idioma latín.

Cantar es orar dos veces. Eso le enseñó su profesora de colegio el año pasado a Laurita y hoy trata de ponerlo en práctica en el coro de niños de la Basílica Catedral de Arequipa. “El canto, si sale del corazón, es como una alabanza. A mí me gusta hacerlo porque así me conecto con Dios”. Esta niña de 10 años es una de los 37 integrantes que conforman los  “Pequeños Cantores de San Rafael Arcángel”,  agrupación que luego de 6 meses de ensayos,  acompañará por primera vez con sus cantos de música gregoriana la Misa de Nochebuena que se realizará en el templo mayor de la ciudad este 24 de diciembre.

Los pequeños que tienen entre 8 y 11 años fueron seleccionados de un total de 900 escolares provenientes de colegios como San Jerónimo y Nuestra Señora del Rosario. Desde julio, han recibido clases dos veces por semana de  lectura musical, técnicas vocales, historia de la música, catequesis y, por supuesto, latín. Formar este coro infantil fue una iniciativa del arzobispo de Arequipa, monseñor Javier del Río Alba, quien considera que de esta forma los niños pueden acercarse a Dios y evangelizar a través del canto y la música. Este será el primer coro de niños que tenga la Catedral en más de 130 años. Anteriormente hubo un coro que fue desactivado alrededor de 1879 debido al inicio de la Guerra del Pacífico.

“Al inicio era complicado cantar en latín porque no podía pronunciar las palabras y no las entendía. Con la práctica es mucho más fácil y ahora me gusta mucho el sonido dulce de los cantos”, cuenta en voz baja Laura, mientras el resto de sus compañeros canta al unísono una de las 12 piezas musicales que sonarán durante la liturgia que conmemorará un año más del nacimiento de Jesús.

VOLVER A LAS RAÍCES

Este no será un coro para espectáculos sino para acompañar las ceremonias religiosas en la Catedral. Para Yuliana Martínez Calderón, directora del coro de niños, lo más complicado de este proceso de formación fue abarcar todo el repertorio que necesita una misa católica. “Por eso hemos demorado varios meses para prepararnos ya que estos cantos religiosos requieren de una armonía y una combinación de voces que no se saca de un día para otro”, explica.

Para  el repertorio que cantarán los niños se ha rescatado el “Liber usualis”, una colección de cantos gregorianos que datan, en algunos casos, de la Edad Media. Los cánticos son considerados el tesoro de la Iglesia Católica ya que son composiciones de gran belleza que tomaron muchos años en elaborarse y sintetizan la identidad de esta religión occidental.

La enseñanza del latín estuvo a cargo del padre Walter Soto de la Cruz, párroco  de la iglesia San Antonio Abad del distrito de Miraflores. El sacerdote a lo largo de las semanas de práctica iba enseñándoles palabra por palabra conforme ensamblaban las canciones de la misa. Según la directora del coro, aunque era extraño para los niños aprender la lengua del Vaticano, no tomó mucho trabajo, ya que el castellano tiene sus orígenes en el latín. “Tampoco era esencial que lo hablarán fluido porque lo importante es que entendieran lo que cantaban para que conozcan el mensaje del Señor”, dice sonriendo Martínez.

GRAN EXPECTATIVA

Ahora la treintena de niños cantores están ubicados frente al atrio de la Catedral en donde se ha armado un improvisado concierto que tiene como público a los turistas y fieles devotos que a las seis de la tarde de un miércoles llegan al templo. Empieza a sonar el villancico “Adeste Fideles” o más conocido como “Ven Señor”. Un solo himno uniforme, conformado por las voces de los niños, invade el recinto. “Adeste fideles laeti triumphantes,/Venite, venite in Bethlehem./Natum videte Regem angelorum/ Venite adoremus /Dominum”.

Este breve canto será uno de los que podrán escucharse en Nochebuena. Minutos antes, mientras se tomaban fotografías frente al órgano de la Catedral, los niños cantaron el “Kyrie” o “Señor ten piedad” y el “Sanctus Benedictus”, el cuál llamó la curiosidad de los visitantes que hasta se animaron a grabarlos con sus cámaras de bolsillo por lo novedoso de su sonido.  

Pero la expectativa de este debut no solo está en el público, sino en los mismos integrantes del coro. Gian Fernando de 11 años, a quien le gustaría tocar la guitarra en el futuro y quizás ser una estrella de rock como Ramiro Saavedra, “el Kurt Cobain arequipeño”, espera que todos sus familiares asistan a la misa para que se sientan orgullosos de él y vean como el acercamiento al Señor ha mejorado su autoestima y ayudado a descubrir sus habilidades para el canto.

Por su parte, la pequeña Laura, solo espera que su canto, aunque no sea entendido por todas las personas, sirva para que la palabra de Jesús llegue a más gente, en especial a los niños. “Mi deseo de Navidad sería que todos reciban un regalo, pequeño o grande, para que lo pasen bien”, susurra Laura antes de volver a los ensayos. Quizás, la dulce voz de esta niña sea el presente que lleve felicidad a los corazones de los arequipeños en la víspera de Navidad. 

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*Una versión de este reportaje se publicó el sábado 15 de diciembre de 2012 en la edición regional de El Comercio Arequipa. 

Comuna desalojará a los ambulantes de las vías públicas para ordenar el Avelino*

lunes, 17 de diciembre de 2012


-         - Con sus 57 mercados, la plataforma Andrés Avelino Cáceres es la zona de mayor actividad comercial de Arequipa. Existen 12 mil comerciantes, de los cuáles 1500 son informales e invaden las calles todos los días generando congestión y aglomeraciones que promueven la delincuencia. La próxima semana se lanzará un programa de reorganización que busca cambiarle el rostro a esta parte de la ciudad que recibe en un día sábado más de 60 mil personas. Para el 20 de diciembre comuna de José Luis Bustamante y Rivero implementará medidas para descongestionar plataforma comercial.

 “A dos soles, dos soles, el kilo de limón cevichero. Compre casera a peso completo. Aquí no le robamos con la balanza como los ambulantes”, vocifera Adolfo Huayta Quispe desde su stand ubicado a la entrada del mercado Virgen de Chapi. A menos de tres metros del puesto por el que Huayta pagó 15 mil soles, una ambulante ofrece en el piso el kilo de los mismos limones a solo 1.50 soles.  “Aquí uno escoge el producto y se lleva puro jugo. ¡Ya sabe madre linda conmigo gana plata el arequipeño!”, advierte este vendedor de 52 años para atraer a los cientos de clientes que pululan por este sector de la plataforma Andrés Avelino Cáceres.

A las 6 de la mañana de un sábado como hoy, las calles que conforman el emporio comercial más grande de la ciudad son un campo de batalla en el que más de 12000 vendedores (entre formales e informales), distribuidos en 57 mercados, compiten por ofrecerle el mejor precio a los compradores que llegan desde muy temprano a hacer las compras de la semana. A vendedores como Huayta, que se levanta todos los días a las 3am y labora hasta las 4pm, no solo le molestan los ambulantes porque le quitan ventas sino porque ensucian las vías y dificultan el tránsito de personas y vehículos. “Desde las 4am toman las calles. La gente se amontona y ahí aprovechan para robar. ¿Cómo permiten esto las autoridades?”, cuenta mientras sigue despachando a sus caseras.

En un día de semana 25 mil personas visitan la plataforma comercial, pero un sábado como hoy se estima que 60 mil personas hacen sus compras en este espacio de 70 mil m2, en donde se puede encontrar de todo: alimentos, ropa, aparatos electrónicos, mascotas y autopartes. Sin embargo, el Avelino es el reino de la informalidad: 50% de los predios no tienen saneamiento físico legal por lo que muchos mercados no cuentan con certificados de Defensa Civil ni instalaciones legales de luz y agua. Además, 81% de comerciantes no entregan factura o boleta de venta.  La gran afluencia de público provoca aglomeraciones y congestión vehicular que son el escenario perfecto para la delincuencia.

Por este motivo, la Municipalidad Distrital de José Luis Bustamante y Rivero (MDJLBR) lanzará la próxima semana un plan de reordenamiento que buscará eliminar el comercio ambulatorio, mejorar las condiciones de salubridad, restringir el tráfico de vehículos en ciertas zonas y potenciar la seguridad ciudadana. Todo con el fin de cambiarle la cara al viejo y maltrecho Avelino Cáceres.

NUEVA CARA

El 20 de diciembre comenzará la primera etapa del reordenamiento del mercado en el cual se ha invertido 400 mil soles. El regidor de MDJLBR Edgar González Polar, encargado de la comisión de reorganización, indica que sacarán a todos los ambulantes que invaden vías públicas como la avenida Vidaurrázaga y Andrés Avelino Cáceres, así como los pasadizos de los mercados. “De los 1500 ambulantes, 70% tienen un stand dentro de un mercado o son familiares de un propietario así que se les pedirá que ya no salgan a las calles. Para el resto de informales, existen espacios desocupados en varios mercados de la zona”.

Por otro lado, instalarán vallas a lo largo de las vías principales para que los vehículos no se estacionen en medio de la pista y los peatones no crucen por cualquier lado. Además, se decretará zona rígida 50 metros antes y después del by pass ubicado entre las avenidas Vidaurrázaga y Andrés Avelino Cáceres, zona de mayor flujo comercial.

Otro elemento de este ordenamiento es mejorar las condiciones de salubridad. González señala que se han hecho campañas de limpieza en varios mercados y se les ha educado sobre la manipulación de alimentos. Sin embargo, los comerciantes piden un sistema de recojo de basura más eficiente.

En un día regular se producen  20 toneladas de basura, pero un sábado la cifra puede duplicarse. Anita Huillca Nuñonca, presidenta del mercado “Metropolitano”, que agrupa a 1200 comerciantes, pide que los residuos sólidos se recojan constantemente y no solo dos veces al día como sucede ahora. “La basura se acumula y genera focos infecciosos que producen la aparición de ratas y cucarachas que ingresan a los comercios. Pedidos más recolectores y fumigaciones”.

PREOCUPA LA SEGURIDAD

Según cifras de la Comisaría de José Luis Bustamante y Rivero, 50% de las denuncias que sucedieron en la plataforma comercial. Por eso, el comisario de JLBR, comandante PNP Raúl Llerena Moscoso considera que esta zona es un foco de delincuencia en donde los ciudadanos están expuestos a hurtos, robos al paso y asaltos.

“Las horas más peligrosas son de 4am a 7am, cuando los comerciantes se instalan su mercadería y el público empieza a llegar; y a partir de las 6pm cuando la gente se retira a sus domicilios y las calles quedan desoladas”, explica Llerena.

El  municipio implementará una comisaría rodante que patrullará  el Avelino para intervenir de inmediato a los delincuentes. Se trata de un módulo similar a una casa rodante con una carceleta para 4 personas y un escritorio. “Así los agentes no pierden tiempo ni descuidan sus funciones por llevar al ladrón a la comisaría”, señala el regidor González Polar.  

El vendedor de limones Adolfo Huayta solo espera que este nuevo rostro que promete el municipio no sea un cuento. “Ojalá cumplan con reordenar - dice preocupado desde su stand –porque así con tanto choro ya no se puede trabajar. ¡Y si pierdo yo, pierde el Perú!”.   

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*Una versión de este reportaje se publicó el sábado 15 de diciembre de 2012 en la edición regional de El Comercio Arequipa. 

Fijación oral de un nuevo arequipeño*

sábado, 4 de agosto de 2012


-       -   Un acercamiento a nuestra identidad cultural a partir del Diccionario de Arequipeñismos de Carpio Muñoz.




Tostado era lo que me ofrecía mi abuela cada tarde que le iba a visitar en la antigua casa de Tiabaya. Sí tostado (o tosta’o), es decir, ese puñado de dorados granos de maíz cocidos al seco en una ancana de barro. Nada que ver con esa cancha grasosa que te dan hoy en las cevicherías. 

A la sopa había que echarle mucha sal porque estaba chuma. No estaba desabrida, insípida o sinsabor, sino chuma. Y si algo está chuma no queda de otra y hay que sazonarlo con lo que se encuentre. 

A jugar fútbol los amigos de mi hermano mayor no me invitaban porque era muy mojón. No porque era chiquito, o debilucho o llorón, sino porque “con ese mojón en el equipo no le ganamos a nadie”. 
Cuando uno está resfriado tiene mocotecte. Luego de jugar en la huerta, de tanto embarrarse y sudar, uno quedaba huishui. 

Cuando los mayores, hablan y dan órdenes, hay que escucharles atentamente, asentir y ¡chu tun! no más. O sea, quedarse calladito y obedecer sin rechistar. 

La temperatura del agua se mide con un alalau o un acacau.

Si comes algo en la calle, en esos establecimientos que no siguen normas de sanidad, o si te zampas los higos verdes de la huerta, te puede dar quechera. 

Una persona que pierde el tiempo, soñando entre sus laureles, es ese que se la pasa viéndose el puputi.

Hay personas que son quenchosas, así que mejor no acercárseles porque por ahí te pueden pegar su mala suerte. 

Lacla me dice mi compañera de trabajo cuando se da cuenta que les estoy haciendo perder el tiempo con las estupideces que le cuento.  

Mi amigos cuando salen a festejar se quieren huasquear, no se quieren emborrachar o tirar una bomba, o pegársela de largo toda la noche entre trago y trago. No, ellos quieren huasquearse. Del arequipeño, Huasca, que en una frase se puede usar así: Oye que tal huascaza que nos metimos anoche. O sino: “El tal Huguito es bien huasca”. Etc. 

¿La mayoría de ustedes se preguntarán que hace este coro hablando ante tan distinguida audiencia esta noche? 

Pues para hablarles de cómo el “Diccionario de Arequipeñismos”, que recopila las voces del habla popular, pueden reafirmar, a pesar de las dudas de muchos estudiosos, mi vínculo identitario con esta tierra. 

Ser arequipeño es solo una de las tantas formas de ser humano. Nuestra identidad cultural está caracterizada por ser mestiza.  Nuestra arquitectura, gastronomía, religiosidad popular y música son resultado de una amalgama de lo europeo y lo andino. Ahí reside la riqueza de este pueblo: en las mezclas de civilizaciones que se han ido combinando y renovando a lo largo del tiempo. 

Sin embargo, como ya lo han señalado los anteriores comentaristas, las migraciones y las transformaciones económicas que ha tenido la región en las últimas décadas están creando un nuevo mestizaje, gracias al cual probablemente, muchos de los componentes culturales tradicionales de Arequipa desaparezcan. 

Actualmente, ya lo estamos viendo. Muy pocos de los chicos de mi generación, que provienen, como yo, de ancestros migrantes, se identifican con esa Arequipa de las postales turísticas que muestran un límpido cielo celeste y un Misti coronado de nieve. 

La mayoría de los nuevos arequipeños, criados bajo el influjo de Internet y la televisión basura (muchas gracias mamá por la niñera de lujo), prefieren tomarse unos tragos en la calle San Francisco antes que darse una vuelta por una picantería de antaño. O sino prefieren irse a bailar cumbia en la Dolores o ir al Jardín de la Cerveza a ver bandas de rock o reggaetón, en vez de escuchar yaravíes y pampeñas. Sea bueno o malo, esto es lo que pasa en nuestros días.

¿Entonces, como un joven de estos que describo, aparentemente desarraigado con sus orígenes puede reconocerse como arequipeño? Pues a través del habla popular propia del arequipeño.

Es probable que a un adolescente que ha crecido bajo una dieta diaria de Burger King y Kentucky Fried Chicken, el saborear un  humeante chairo o un chaque de tripas no le atraigan demasiado. O que a  un muchacho que tiene conexión wi-fi en su celular, quiera darse un paseo por el Centro Histórico para apreciar la arquitectura colonial de Arequipa, cuando a un solo click de distancia tiene al alcance de sus manos las últimas fotos en bikini de Tilsa Lozano.

Sin embargo, el habla popular, los arequipeñismos que fluyen en las conversaciones de día a día, ya sean en la calle, en la escuela o en el Facebook, están ahí para recordarnos quiénes somos y de dónde venimos.  

 El lenguaje es algo que nos acompaña a todo lado y con el que nos podemos identificar siempre, ya que nos remite a nuestros primeros recuerdos, como les narré hace unos minutos. Se habla como arequipeño en la intimidad, con los amigos y la familia.  Y ahí donde escuchamos a una persona  hablar como arequipeño, utilizando términos propios del arequipeño, lo reconocemos como nuestro hermano, nuestro paisano. 

Esa es la importancia de este libro que presentamos esta noche. No solo por ser una completa investigación, que le ha tomado varios años de trabajo a Don Juan Guillermo, sino porque permite al que lo lea, reconocer que su identidad como arequipeño, el saberse parte de algo, reside en esas palabras que salen desde el fondo de nuestro corazón. 

El que agarre este diccionario no solo encontrará frías y aburridas definiciones como en la mayoría de textos de este tipo, sino que hallará explicaciones detalladas sobre los usos y costumbres de un pueblo. Una enciclopedia de la cultura popular de Arequipa, como dice el autor.  Ya sea que uno se ponga a hojear las malas palabras o los apodos, descubrirá que muchas de estas palabras forman parte de nuestro vocabulario cotidiano. También descubrirá términos en desuso, que a pesar de que ya no forman parte del hablar cotidiano, guardan un significado histórico sobre lo que alguna vez significó vivir en esta parte del Perú.

Y darse cuenta de eso, como en mi caso,  es una reafirmación de que somos arequipeños. A diferencia de la comida, la música y otras manifestaciones culturales propias de Arequipa, el lenguaje tiene una capacidad de transformación impresionante. Se crean nuevas palabras a la misma velocidad que otras desaparecen. Y esta propiedad mutante es la que asegura a este aspecto de la cultura arequipeña su permanencia en el tiempo y su llegada a nuevas generaciones.

Es probable que cuando el fin del mundo llegue, ya sea por razones divinas o por la estupidez humana, lo único que tal vez sobreviva de la cultura arequipeña sea su singular forma de hablar y usar el castellano.  De acá a unos cientos de años en el futuro, cuando la catástrofe ecológica extinga al último camarón de río y ya no se puedan preparar más chupes o los cataclismos derrumben los edificios de blanco sillar y no haya más bellas iglesias que exhibir a los visitantes, lo único que nos quedará para reconocernos como pueblo serán nuestras voces arequipeñas. 

Como última postal del fin del mundo me gustaría imaginar una escena como esta. Un grupo de sobrevivientes se empieza a organizar para buscar víveres entre los escombros y así continuar con su batalla contra la adversidad. En algún momento, alguien, en un dialecto que no todos entenderán, dirá como sugerencia para que la búsqueda sea más efectiva, algo así como que: “creiyo que  hayer que tener mucho cuidado con los alimentos que recojamos. No hay que pallapar higos verdes, por ay nos  termina dando una quechera fulminante y uchuchuy”. 

Estoy seguro de que los que esa noche, luego de la cena, no estén desesperados haciendo cola para ir al baño, porque sí le hicieron caso a  ese sujeto que hablaba en un tono que parecía cantaleta, serán los arequipeños.

*Texto leído en la presentación de la tercera edición del Diccionario de Arequipeñismos de Juan Guillermo Carpio Muñoz. 
Arequipa, miércoles 1 de agosto del 2012. 

En esta foto, compitiendo con Don Juan Guillermo para ver quién sale más jalado. ¿Se nota quién ganó? 




Barrio Triste - Etiqueta Negra 102

sábado, 19 de mayo de 2012








Imágenes ejercicio narración cuento

martes, 28 de febrero de 2012



Revista Soho Perú 6.

Carta a un periodista egresado*

viernes, 27 de enero de 2012

- Un ejercicio de optimismo antes de enfrentar el desempleo del mundo real.


Subir tres pisos con la mochila a cuestas, ingresar al aula y encontrar a otros 89 ilusos estudiantes de primer ciclo apiñados, como en combi en horas punta, dentro de un salón en donde emanan las ganas de aprender. Descubrir que éste de al lado se llama Carlos, que el de atrás también, que éste otro se llama Walter, que la muchacha de allá es Kelly y que la de más allá es de Caravelí. Decirles que mi nombre es Jorge y que ¡no soy chino, que soy japonés! Enterarse que esté de acá quiere ser periodista y escribir maldito, que la señorita de pelo negro de atrás quiere hacer cine y que el amigo de por allá está no más haciendo puente para irse a Derecho al otro año. Decir que te cagas de miedo de que te cachimbeen en la primera semana, que amigo en donde tomas tu carro para irnos juntos, que en verdad me da miedo que me trasquilen el pelo que no me corto desde que salí del cole.
Esperar al profesor puntualito desde las siete de la mañana porque para eso he venido, para aprender, que porque no viene el maestro si se supone que es la primera clase, que sí que sí que yo desde chiquito quiero salir en la tele, que me gusta Rosa María Palacios, La Chichi Valenzuela, Guillermo Giacosa, que escucho todas la tardes al Chema Salcedo y me compro El Comercio todos los domingos, a ya tú te lees la columna de Beto Ortiz. Que no, que no lo he leído, que no sabía que ese cabrichi escribía paja. ¿A ya que me vas a prestar sus libros? Ya chévere dame tu correo amigo, para seguir hablando, que parece que ya no viene el profe. A ya, a ya, ya pues 5 minutitos más y si no viene nos vamos a comer algo y me sigues contando de Ortiz. Y pasaron cinco minutos y el profesor nunca vino.
Correr desde la avenida con el trabajo en la mano, que has hecho durante toda la madrugada, usando, por primera vez, libros de la biblioteca y no Wikipedia, seguir corriendo y pensar que estás tarde, que por favor no haya cerrado la puerta el profe, que no seas malo que mira que me he desvelado con este trabajo, y encontrar la reja de ingreso a la universidad cerrada. Que jovencito es huelga indefinida, que el comedor no más funciona, que vaya a su casa no más. Comprender que no necesariamente se aprende dentro de las aulas o de los profesores, que es la experiencia de ir a la universidad, conversar con otras personas, con ideas diferentes a las tuyas, lo que te hace conseguir nuevos conocimientos.
Saber que mis compañeros pueden decir mejor estas palabras que yo, porque ellos han experimentado alegrías, tristezas, victorias y derrotas más grandes que las mías. Saber que todos ustedes brillan por sus dones únicos y que han permitido que un poco de su talento se refleje en mí a lo largo de estos 5 años, en los que han compartido conmigo la construcción de ese sueño de ser profesionales. Estar seguro de que serán grandes y, que si siguen siendo tan empeñosos como lo han sido en este tiempo, el mundo será suyo. Sea lo que sea que esto signifique.
Agradecer a mi padre que ha tomado un avión desde algún lugar del Altiplano boliviano, subido a una combi para cruzar la frontera a más de 3500 msnm, viajado en un bus atiborrado de contrabandistas y recorrido cerca de 1000 km para ver al último de sus hijos acabar sus estudios universitarios. Gracias. A mi madre, que a pesar de que desde hace un par de años se ha declarado jubilada de las labores del hogar, hoy ha accedido, con cariñosa abnegación, planchar esta linda camisa que, lamentablemente, la toga está cubriendo. Gracias. A mis maestros, a los que me enseñaron algo y a los que no, gracias también. A mis hermanos ausentes, a mis amigos, compañeros de aula, compañeros de ruta, a la gente de la cuarta fila, quinta columna de la izquierda dando a la puerta de este auditorio donde estaba sentado hace un ratito, gracias.
Queridos compañeros no conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, ni ustedes me conocen la mitad de lo que quisiera. Pero de algo sí estoy seguro: es probable que el Perú no necesita 132 nuevos comunicadores como los que salen a enfrentar al mundo con muchas ilusiones esta tarde. “¿Oe Jorge en dónde estás chambeando?” “Ahorita estoy en radio”. “Chévere ¿en qué frecuencia del dial estás para escucharte?”. “No, no chochera estoy trabajando en el Radio Shack de la calle Mercaderes, esta semana tenemos descuentos en los estuches para laptop, te aviso”.
Es probable que nos cierren las puertas, que nos digan no nos llames nosotros te llamamos, luego de dejar nuestro curriculum, adjuntando nuestro cartón de bachiller o título de licenciado con tesis aprobada por unanimidad del jurado, tres idiomas y certificado de computación, diseño grafico, producción audiovisual y por siaca también plancho, cocino y lavo . Que nos quieran pagar peor que a practicante (sin vacaciones, ni días libres, seguro social u horario fijo). Es probable que las empresas estén buscando otro perfil de profesionales, que nos pongan en una lista de espera, y blah blah blah, blah blah blah. Pero de lo que sí estoy seguro es que el Perú necesita a 132 buenas personas, justas, correctas, bondadosas, como sé que la mayoría de ustedes, señoritas y jóvenes ilustres, son.
El escritor Oswaldo Reynoso le decía a sus alumnos que para destacar en su carrera solo necesitaban tres cosas: leer, leer, leer; escribir, escribir, escribir; vivir, vivir, vivir. Comprender y cumplir ese consejo creo es más importante que aprobar cualquier exámen o hacer alguna maestría o doctorado de dudosa procedencia.
Dios cuando, se supone, que creó este mundo, al ser, en teoría, tan pero tan grande no se pudo fijar en algunos detalles. Por ejemplo, creó a la vez la luz y la oscuridad, las cosas frías y calientes, a los vientos y las corrientes marinas, a la mujer y al hombre. En todo ese cambalache creativo de procedencia divina, nada podía quedarse quieto. Los mares se movían, las plantas y animales se movían, y los humanos tampoco podían dejar de moverse. Por eso es que la vida es movimiento, se mueven nuestros cabellos con el viento, se mueven nuestros labios cuando hablamos, se mueve nuestro corazón a cada latido.
Y ahora es momento de avanzar, de evolucionar, de crecer, de mejorar, de moverse. Estoy seguro que nuestras vidas seguirán adelante y en algún momento nos volveremos a encontrar, así que, estimados compañeros, es hora: transfórmense y avancen.
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*Discurso pronunciado frente a la promoción 2011 de Ciencias de la Comunicación de la UNSA el miércoles 25 de enero del 2012. 





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miércoles, 11 de enero de 2012