Pisaste algo bien feo

sábado, 20 de marzo de 2010

- Una (re)introducción para universitarios poco optimistas


Nunca pensé fregarla así. Quizás debí haber hecho como mi hermano y estudiar algo seguro como medicina, aunque eso de estar cortando cadáveres no era lo mío. O tal vez, como mi otro hermanón, y dedicarme a manejar la plata de otros y sacarle luego el jugo a los intereses. Pero no, elegí comunicación porque “era lo que me gustaba”, porque lo de andar sumando numeritos era para sonsos. Y ya pues, faltaba un mantenido en la familia y aquí estaba este pechito para no decepcionarlos.

Levantarme a las 5am para llegar a las 7 a clases, no era tan malo que digamos, tomando en cuenta que venía de unas largas vacaciones en las que desayunaba/almorzaba a las 11 de la mañana, para luego tirarme panza pa’ arriba a mirar dibujitos animados japoneses en la TV. Tampoco era tan malo, estar apiñado en un salón, como en combi en horas punta, junto a otros 89 ilusos estudiantes de primer ciclo, cuyos olores y sabrosos aromas se mezclaban en ese ambiente lleno de ganas de aprender. Ganas que- ya tú sabes- se murieron con la primera huelga de docentes y las primeras clases de recuperación que tuvimos que hacer en pleno infernal verano, mientras el resto de muchachos se la pasaba en la playa y manoseaba a señoritas con la excusa de “es globo de carnaval p’ mamita”.

Pero ay Jorgito, aún jovencito, primerizo, inocente y peluconcito. Si pudiera contarte, hay tantas cosas que debes saber, pero que no puedo decirte. Simplemente no puedo. Escóndete. Corre no más. Run to the hills, run for your life. Escapa y ten cuidado porque estás a punto de pisar un montón jugoso de caca que te hará creer que te equivocaste, que quizás debiste elegir otra opción. Cuash, cuash, cuash.

Lo malo con tu carrera no es que los cursos sean aburridos, o que los profesores, en su mayoría, sean Wikipedia corazón; tampoco que no haya plata, o que en verdad no era lo que esperabas. Es todo esto junto, mezclado, apelmazado, cochino – con barro, piedritas y paja- como huayco que arrasa con pueblos en la sierra. Pero te gusta, te vacila y seguirás adelante porque “un hombre puede ser destruido pero no derrotado”. Y ya pues, te embarraste, límpiate no más.


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